EN UNIÓN CON EL PAPA
El paso de la Virgen de la Caridad por la Isla en los años 1951-1952, celebrando el cincuentenario de la República de Cuba, movió a nuestro pueblo en todos sus rincones manifestando su gran devoción a la Madre de Cristo. Yo era seminarista entonces, y nunca he podido olvidar lo que fue aquella demostración popular en toda la Isla.
El nuevo peregrinar de la Virgen por toda la Isla el pasado año, preparando el presente Año Jubilar conmemorativo de los 400 años del feliz hallazgo de la imagen en 1612, me ha sorprendido más esta vez, ya que si en aquellos años con la cooperación de la radio, televisión y prensa la gente estaba informada, ahora, después de cincuenta y dos años de marxismo impuesto donde la Iglesia desde 1961 quedó tan sólo con el altar y silenciada en la prensa, la devoción mariana se ha manifestado de manera heroica.
Al ver los videos de la visita a cada población y los comentarios de los que lo han vivido, vemos que el paso de la imagen de la Virgen ha convocado y reunido a millares de cubanos que rezaron, cantaron, lloraron y vivieron emotivas experiencias religiosas. Algunos sintieron reavivar su fe, a veces oculta o dormida, y otros han tenido el primer acercamiento a Jesucristo en esta pasada misión nacional.
Esta experiencia religiosa nos está hablando del valor de la fe sembrada en los pueblos, y mantenida en la tradición familiar con el esfuerzo de la Iglesia en Cuba.
Entre los actos conmemorativos del Año Jubilar estoy seguro de que ninguno podrá superar la visita del Santo Padre Benedicto XVI quien, respondiendo a la invitación de la Conferencia de Obispos de Cuba, ha aceptado visitar por tercerea vez este continente americano, visitando ahora a México y Cuba como lo hizo en Suramérica en Aparecida, Brasil, en mayo del 2007, aquí en Estados Unidos en abril del 2008, y ahora en la celebración en el 2012 en que conmemoramos los cuatro siglos de la aparición o encuentro de la bendita imagen en la bahía de Nipe, en el norte oriental de Cuba en 1612.
Debemos sentirnos agradecidos de la visita del Santo Padre Benedicto XVI quien, en su condición de Pastor Universal de la Iglesia Católica y sucesor del Apóstol Pedro, a quien Jesucristo encomendó la misión de confirmar en la fe a sus hermanos, y ser signo de unidad de la Iglesia en el mundo, a pesar de su edad y frágil salud viene a nosotros y se presenta no sólo como el Papa número 265 a partir del Apóstol San Pedro, quien fue el primero hasta nuestros días, sino como el mensajero de la Caridad.
¿Qué debemos esperar de esta visita del Papa? Que con su mensaje, inspirado en la Palabra de Dios, despierte nuestra fe para que lleguemos a crecer en la verdadera esperanza basada en Dios. Sólo un pueblo con esperanza será capaz de trasformar su difícil situación.
Al presentarse como el mensajero de la Caridad, el Papa nos está llamando a recordar las palabras del Señor para hacerlas vida: “Ámense unos a otros como yo los he amado.” (Juan 15:12) Después de más de medio siglo en que se ha sembrado el odio en nuestra patria, necesitamos el amor.
Como en toda peregrinación, unos hermanos podrán ir y otros, por diversos motivos, no podrán acompañar al Papa personalmente allá. Lo importante es que todos estemos unidos en la Caridad orando porque en Cuba cada cubano sea libre interiormente, y todos podamos así hacer la patria libre como soñaron nuestros próceres.
El Papa comenzará la celebración en Santiago de Cuba, celebrando la Eucaristía al aire libre en la festividad Mariana de la Anunciación el día 26 de marzo, y allí dormirá junto a la Virgen. El día 27 por la mañana visitará el Santuario del Cobre y de allí partirá a La Habana, donde celebrará la Misa, también al aire libre, el día 28. Preparémonos como pueblo de fe, aquí y allá, con la oración en unión con María, caminando hacia Jesús unidos en la Caridad.
Obispo Auxiliar Emérito.
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